Cuado empiezan las danzas para invocar la fiesta, los poblados indios ofrecen sacrificios a las fuerzas de la naturaleza y en ese momento los espíritus del caballo, del pez y del águila (que representan a los elementos tierra, agua y viento), se unen al fuego de media tarde para dar paso a uno de los espectáculos más apasionantes que nunca se han vivido.
¡Cuidado con las cabelleras!